jueves, 22 de noviembre de 2012

Toco a tu puerta

Toco a tu puerta y la encuentro cerrada.
No hace falta ser un portento para darse
cuenta de que no estás o no estás para mí.
Supongo que todo infierno tiene su purgatorio​.
Dicen que el tiempo resuelve
los asuntos inacabados,
pero ya no es la prisa mi
mala compañera,
no es el silencio que me protege
en ocasiones,
y que se convierte
en el sonido
de esta morada que soy yo mismo,
es la tristeza
de llamar a tu puerta
y tener la certeza
de que no estás.
¿Crees de veras
que me iría mejor
sin llamar a tu puerta?
¿Si te archivara como a
un informe en una carpeta
accesoria?
Pero no me es posible
a sabiendas de que tu recuerdo
me hace extrañar
todas aquellas cosas
reales o inventadas,
todos aquellos sueños
alimentados
por la imaginación
 y no llevados a efecto.

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