Te echo de menos, la excusa sencilla para retomar el contacto.
Te anhelo, laberinto oculto de las tardes con viento.
Mil besos, el fin de una carta a la que todavía no le puse sello.
Tu cuerpo, estructura inexacta que apenas
presiento.
Tus manos, las que acarician mi rostro
al igual que tus palabras.
Los sueños, necesarios para incentivar
tantas noches en las que me desvelo
y contribuir a la construcción
del muro de los que sueñan despiertos.
Ya sé que estas son palabras con tiento, y contribuir a la construcción
del muro de los que sueñan despiertos.
mas no son fueguitos aislados,
son llamas que cubren el tiempo.
Lo queman, lo descomponen
y le dan su calor a
sabiendas
de que los relojes atrasan
por culpa de estos
despropósitos de la sinrazón,
que nos colman de felicidad
aunque sea sólo un poco.