El poema que en su inicio era innecesario,
construyó la necesidad de forma natural,
con el tiempo su urgencia se antojaba
vital,
fruto de la experiencia recogida,
de los agrestes caminos
que ofrece la realidad.
En esta citada realidad,
la palabra se transformó en verso,
el discurso, llamarada,
y en este incendio de lo cercano,
relumbró incansable tu mirada.
Tus ojos guiaron la senda,
hicimos el trayecto,
por el camino que ladea la ribera,
vimos a los jornaleros trabajar
la tierra,
al milano fugaz posarse en la rama,
al escurridizo gorrión revolotear
sin rumbo,
oimos el susurro del rio entre los álamos,
desnudaste tu alma con ligeras sílabas,
entendí tu opinión sobre las
medias palabras.
El poema que en su inicio era innecesario,
construyó la necesidad de forma natural,
con el tiempo su urgencia se antojaba
vital,
puso una señal en la hoja del diario.
Atendí a lo inesperado, que era y aún es,
contemplar lo que parece secundario,
pues semilla de arte comienza a ser.
Las estrofas se sucedieron,
la planta germinó y dió su flor,
perfume de primavera,
alegría consciente,
hay que dejarle sitio a tu olor.
El poema que en su inicio era innecesario,
construyó la necesidad de forma natural,
con el tiempo su urgencia se antojaba
vital,
puso una señal en la hoja del diario.
Comentario:
Sirva este poema de agradecimiento anónimo a los que, sin saberlo, hacen a diario que se transforme la realidad aunque sea un poquito y siempre a mejor.
