miércoles, 4 de enero de 2012

Bálsamos, antídotos, mecanismos, respuestas.

¿Hay un bálsamo para la soledad y uno para el desaliento?
¿Hay un antídoto contra el mal de amor
y un mecanismo para parar el viento?
¿Hay una respuesta para la mezquindad
y otra para el escaso
... sentimiento?
No hay bálsamos, antídotos,
mecanismos
ni respuestas
de las que no se encargue
de reparar el tiempo.

lunes, 2 de enero de 2012

La tenue y gris luz del lunes me recuerda.

La tenue y gris luz del lunes que entra
por el ventanal entreabierto
de esta austera casa,
de duros suelos y paredes encaladas,
me recuerda que, desde hace tiempo,
ya no me escribes notitas por la mañana,
que ya sólo me escribes la lista del mercado,
y las instrucciones para encender el horno,
en toda una estrategia para asegurar
los escasos réditos,
las míseras plusvalías
y mantener ese control que tanto necesitas
para sentirte segura.
Mientras tanto,
este insensato soñador,
que tiene insensatas maneras
de engañar al tiempo
te espera,
quizás con el descreimiento
de los que idealizan, en un inicio,
y convierten a la mujer austera
en diosa, sacerdotisa de la primavera,
pero que después,
comprenden que no hay más
que el monolito constante
de la realidad postrera,
no hay más que listas del mercado
e instrucciones para encender
el horno.

Si tú me dejaras, morena mía.

Si tú me dejaras,
morena mía,
le haría un monumento a tus caderas,
un ripio a tu sonrisa,
y un homenaje
a las aceras sobre
las que caminamos juntos
con amplio margen
para no desafiar
a la ley vigente.
Si tú me dejaras,
morena mía,
saltaría esa verja,
ya sé que no eres la blanca paloma,
nunca fuí de esa escuela.
Si tú me dejaras morena
mía,
le compondría unas estrofas
al mecanismo engrasado de la noche,
formado por sus bielas y sus poleas,
al aroma de garage
y al 3 en 1 como
axioma fundamental.