lunes, 11 de octubre de 2010

Extraño en propia tierra.


Sentirse extraño en propia tierra
no es cosa poco habitual.
Puedes conseguir hacerte hueco
en los corazones de la gente,
pero aún así sentir el vacío interior,
de aquellas personas
que, aún estando en su propia tierra,
no tienen tierra propia.
¿Has tenido la oportunidad
de contemplar la mirada de los
que no quieren relación contigo
porque
tu sola presencia les implica
problemas morales y quién sabe si
económicos?
Evita a los mercaderes de palabras,
a los que te venden un adiós o
un hasta luego,
porque con su lengua
viperina te destrozarán
y no te perdonarán ni el más absurdo
de los fallos.
Habituales del juicio moral,
son, ante todo, amorales.
Proclaman el concepto de patria
como si lo hubieran acuñado ellos,
pero para ellos la patria no existe,
se queda en el árbol genealógico.
Si eres extraño en tu propia tierra,
recuerda que aunque sientas
el latido del atardecer como si
brotara de tu pecho,
la vida pone fecha de caducidad
al apego y lo conduce
a la más absoluta de las indiferencias.
Puedes llegar a observar
otra puesta de sol,
con otros ojos quizás más
maduros,
con otros soles más oscuros,
con otra temperatura interior.
Lo que vale, no es la palabra dicha si no
la palabra cumplida
y sientes que continuarás siendo
extraño en propia tierra,
porque no tienes tierra propia.

viernes, 8 de octubre de 2010

Tu boca está mojada de arena.


Como dice mi hija Marcela,
"tu boca está mojada de arena"
y me parece un bello comienzo
para un poema.

Tu boca está mojada de arena,
tus ojos están brillantes de oscuridad,
tu risa se ensancha con diminutas partículas de tristeza,
tu alegría es una colección de llantos consumados.
Tus besos son áridas expresiones
de este verbo ingrato,
de este preludio de invierno,
de tanta lluvia prisionera
de goces en la vida de los otros.
Tu boca está mojada de arena,
tus suspiros contagian
la tarde y replican a
ese tumulto lleno de silencio.
Respiras sin aire,
andas sin movimiento,
te expresas sin palabras,
únicamente con gestos,
dices verdades mintiendo,
construyes la paz con tormento.
Tu boca está mojada de arena,
y en el reloj dan las doce,
anuncia el nuevo día,
que con esmero,
provoca,
una tormenta sin truenos,
una ventisca sin viento,
una noche sin final,
en el que la arena de tu boca
me otorgue el firmamento,
no compuesto por estrellas,
formado por misterios,
que te dicen que
ya no queda más remedio
que terminar lo que os cuento,
tu boca no tiene arreglo
porque está vacía, sin aliento.

viernes, 1 de octubre de 2010

Palabras huecas.


Palabras huecas, palabras vacías,
como las que a diario
profieres,
significados que se relacionan
con tu laxa conducta.
Palabras sin contenido,
palabras varias,
palabras que no te reconcilian
con este amanecer madrileño,
en el que nada tienes y
la nada escasea per se.
El descansillo de la escalera, el ascensor,
los escalones matutinos,
la respuesta a los quehaceres,
la palabra sin discusión.
Repites palabras
como renting, leasing,
movility, anglicismos propios
que corresponden a la lógica interna
de otras gentes,
que no te regalan ni el aire
que respiras,
ni el agua que bebes.
Sin embargo,
les obsequias con tu tiempo, tus ganas,
tu energía, tu escasa lucidez,
les otorgas el beneficio de la duda
para recibir el cheque de fin de mes,
y la tarde viene
con ese fulgor de antaño,
con este otoño incipiente
que deja olor a castaña asada
en las calles.
Palabras en mayúscula,
minúsculas palabras,
portentosas palabras,
garabatos del mañana.
Palabras huecas, palabras vacías,
como las que a diario
profieres,
significados que se relacionan
con tu laxa conducta,
con tu peligrosa apatía.